Sensaciones antiguas, sensaciones que se recuerdan cuando nos hallamos en un estado de relajación mental, no necesariamente físico, y que nos trasladan al momento en que las percibimos por primera vez. Nos dejan un regusto de felicidad y ganas de volver a vivir la experiencia. Lo vemos todo desde otra perspectiva y nos parece que la solución a todos nuestros problemas está a nuestro alcance. La felicidad nos invade, nos llena, lo gritaríamos a los cuatro vientos para que todos lo oyeran y pudieran participar de la dicha del momento. Ojalá estos momentos fueran más numerosos.AAS.
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